Para poder elaborar cualquier reflexión al respecto, necesitamos situarnos en el encuadre del que partimos.
Es decir, en el marco de referencia en el cual surge el conflicto que nos ocupa.
Y necesitamos hacerlo respecto a cuatro aspectos:
- Mujer
- Maternidad
- Ciencia
- Medicina
Se calcula en aproximadamente 3.500 años el inicio de la etapa actual de la historia, que se ha dado en llamar
PATRIARCADO.
No hay acuerdo, aunque sí muchas hipótesis con visos de realidad que apoyan que existió, anteriormente a ésta, una etapa de la humanidad llamada MATRIARCADO. En lo que no hay dudas, es en las características que han marcado nuestra historia a lo largo de los últimos 4000 años.
- Mujer
- Maternidad
- Ciencia
- Medicina
Se calcula en aproximadamente 3.500 años el inicio de la etapa actual de la historia, que se ha dado en llamar
PATRIARCADO.
No hay acuerdo, aunque sí muchas hipótesis con visos de realidad que apoyan que existió, anteriormente a ésta, una etapa de la humanidad llamada MATRIARCADO. En lo que no hay dudas, es en las características que han marcado nuestra historia a lo largo de los últimos 4000 años.
Desde lo que nos llega de todas las mitologías, sabemos que LA DIOSA, pare el mundo, y que luego es asesinada o “comida” por sus “hijos” o dioses masculinos. Es el modo en que la mitología nos cuenta el paso del matriarcado al patriarcado.
Veamos un poco de historia, para comprender en qué se ha traducido esa realidad, respecto a Mujer y Maternidad...
En la India, en la era pre-cristiana, la institución de la familia es un grupo religioso, cuyo jefe supremo es el padre- marido, cuyo cometido es dictar y hacer cumplir las “leyes” a sus hijos y esposa, y castigarles si no las cumplen.
Los griegos y romanos, tienen poder sobre la vida o la muerte de sus esposas e hijos. Y forman parte del sistema de esclavitud imperante en esa época. Se comercian, intercambian, secuestran, violan, como botín de guerra, y en definitiva, forman parte del “sistema de propiedad” de los hombres pater-familias.
Una de las citas que resume el valor del hombre y la mujer en esta época proviene de uno de los bastiones de nuestro pensamiento occidental, Aristóteles: “El hombre es un ser divino que representa pensamiento e inteligencia. La mujer es sólo materia, semejante a la tierra, cuyo único mérito es ser sembrada por el hombre, y saber reprimir su propio instinto de rebelión”.
La cultura hebrea, establece la “inferioridad” de Eva, y su “culpabilidad” del destino de la humanidad. Confirmando así, que lo femenino, es efectivamente, inferior, y responsable de las desgracias humanas.
Cristo trae el mensaje de que TODOS SOMOS IGUALES ANTE DIOS, y condena la propiedad sobre las personas, así como cualquier abuso de poder de los fuertes sobre los débiles. Trata de dar el mensaje de que EL AMOR ha de ser la base de las relaciones humanas, y no el principio de autoridad o poder.
Pero la civilización cristiana olvida –o no llega a integrar nunca – ese mensaje, y retoma el mito de Eva para insistir en la “maldad intrínseca” de la mujer, “vulnerable a tentaciones y vanidades, demonio tentador culpable de la debilidad del hombre”. El propio S. Agustín, dice: “es una bestia, que no es firme ni constante, llena de odio, alimenta maldades, fuente de todas las discrepancias, querellas, o injusticias”....o S. Pablo...”mujeres, sed sumisas a vuestros esposos como la Iglesia al Señor, hijos, servid y obedeced a vuestros padres con temor y temblor”.
Durante toda la edad media se mantienen básicamente estos valores, y hasta los siglos XII y XIII, no se condena explícitamente por parte de la Iglesia –por tanto, aún menos por las leyes del estado- el asesinato de hijos y esposas como delito. Y hasta los siglos XVIII, XIX, el motivo de matrimonio y de tener hijos, es básicamente económico y político. Es sólo a partir de ahí que empieza a hablarse del amor como motivo y base del matrimonio y de procrear.
Y justo en ese momento, se empieza a ensalzar de un modo muy particular el valor de la maternidad, como valor sobresaliente en la mujer.
“Casualmente”, coincidiendo con el momento en que el Estado se percata del valor insustituible de los seres humanos, como riqueza para su propio desarrollo y supervivencia. Y se inicia por parte de teólogos, científicos, políticos, un trabajo intensivo para convencer a las mujeres de la importancia de su capacidad maternal. Así podemos leer “Sed buenas madres, y seréis felices y respetadas. Volveos indispensables en la familia, y conseguiréis el derecho de ciudadanía”. O bien “hay que educar a las niñas en la creencia de que toda mujer debe desear ser madre! y que sólo la inclemencia de la suerte la condena a ser obrera, contable, profesora, médica o abogada”!
En el terreno político no se nos reconoce el derecho a pensar, participar activamente y elegir representantes en los parlamentos –mal llamados democráticos- hasta prácticamente hace 50 años.
Hasta hace 20 escasos años, las mujeres aún no podíamos decidir en muchos países “democráticos”– y aún hoy no es posible en muchos otros- sobre nuestra reproducción, divorcio, sexualidad. El adulterio en las mujeres ha sido y es castigado aún durísimamente, mientras que en el hombre era y es, como mínimo disculpado, y en ocasiones, motivo de admiración.
No es preciso detallar los datos escalofriantes –que apenas hace un mes- publicó la OMS sobre la situación actual de las mujeres.
Sin detenernos más, podemos concluir que vivimos-Y provenimos -en un mundo en el que no sólo se ha despreciado, olvidado, utilizado, explotado expoliado y maltratado sistemáticamente a las mujeres. Es mucho más grave. Vivimos en un mundo en el que todo eso se ha venido haciendo sistemáticamente con todo lo FEMENINO.
Cuando,. en la historia de la humanidad, se culpabilizó a Eva del pecado original, incluso también del de Adán. Cuando se fueron derrocando y sustituyendo las DIOSAS femeninas ISIS, ASTARTE, GEA ,LILIHT, HIGEA...por los dioses masculinos ZEUS, HORUS, OSIRIS, JEHOVA, ESCULAPIO...no sólo se estaba transformando la mitología, y el inconsciente colectivo.
Sobre todo, se estaba definiendo cuáles iban a ser los valores imperantes en el futuro.
Se arrojó a la oscuridad, al terreno de lo prohibido lo ignorado, y despreciado, todo lo que tenía relación con esos símbolos:
LO INSTINTIVO,
LA INTUICION
LAS EMOCIONES
EL CUERPO
EL SENTIMIENTO
LA IMAGINACION
....y como contrapartida, se potenciaron y desarrollaron los valores relacionados con los símbolos masculinos:
LO RACIONAL
LO PRÁCTICO
LA MORAL
EL PENSAMIENTO LINEAL
EL ORDEN ESTABLECIDO
LO REAL
Haciendo tal disociación entre ambos mundos, ambas escalas de valores, que se provocó una especie de Divorcio interno dentro del ser humano, y por extensión, en la estructura de su organización social. De modo que el hemisferio cerebral derecho, quedó relegado frente al predominio del hemisferio izquierdo. Lo simbólico frente a lo práctico, lo intuitivo frente a lo racional, lo emocional frente a lo intelectual, la mujer, frente al hombre, en definitiva LO FEMENINO FRENTE A LO MASCULINO.
Y todo eso, evidentemente tiene un reflejo en dicha organización social :desde las leyes que regulan nuestras vidas, hasta la estructura económica imperante, pasando por los valores de convivencia, y relaciones humanas.
De modo, que estamos llegando al inicio del siglo XXI con esos valores, y sus consecuencias aún vigentes. Y frecuentemente, tan inmersos en ellas, que se nos olvida echar una mirada atrás, y situarnos en dónde y porqué estamos donde estamos..
Sin duda, hemos progresado, y las mujeres, como colectivo, hemos realizado muchas conquistas. Estamos llegando incluso a ser reconocidas como seres humanos completos!!!!!.
Sin embargo, del mismo modo que cuando una persona intenta cambiar actitudes y situaciones de su vida que considera inadecuadas, por otras mejores, esos cambios no suceden de un momento para el otro...Y por supuesto, se da un peso y un condicionamiento del pasado
Que dificulta enormemente este cambio. Y al que hay que tener en cuenta. Porque actúa tanto a nivel consciente como inconsciente. Y estoy hablando tanto del inconsciente personal, como del colectivo. SOMOS, EN PARTE LO QUE QUEREMOS SER, PERO AUN MÁS SOMOS LA CONSECUENCIA DE NUESTRA HISTORIA PERSONAL Y COLECTIVA., ES DECIR LO QUE QUISIERON QUE FUERAMOS.
Por eso es tan importante rastrear ese pasado.
De hecho, la historia de la ciencia, corre paralela a estos acontecimientos, y se va transformando, desde un inicio básicamente mágico –en manos de sacerdotisas, magas, curanderas, más tarde sacerdotes, magos, curanderos- a una ciencia empírica, aún muy ligada a la dimensión anímico-espiritual, como así sucedía en el mundo helénico, para llegar a ser, tras Descartes y la época moderna, una ciencia que pretende basarse totalmente en la lógica racional, desprovista por completo de valores de trascendencia. Por decirlo de otro modo, se transforma, en una ciencia DES-almada.
Sabemos que la lucha en el propio seno de la ciencia –sobre todo, la ciencia médica -ha sido entre dos grandes corrientes, que en definitiva, resumen esta evolución: la organicista, y la vitalista. Aún actualmente enfrentadas, como dos modos completamente opuestos de entender la realidad, y por tanto al cuerpo y al ser humano.
De cómo la ciencia y la medicina han “bendecido” –y bendicen-, y reforzado, esta situación de inferioridad y “cosificación” de las mujeres, tenemos amplias evidencias. Sólo por situarnos en la época Moderna, revisemos el papel que la ginecología y la obstetricia ha jugado, en contra de las mujeres. Desde el momento en que los hombres- médicos pasan a sustituir a las mujeres-comadronas, el parto se convierte progresivamente, y cada vez más, en una intervención de cirugía cuyo objetivo fundamental es el de realizar una “extracción fetal” .Y deja de ser un acontecimiento fisiológico, una experiencia psicosexual, o un momento trascendente de transmisión de la vida.
No es casual que, incluso el descubrimiento de los fórceps esté ligado a la profesión médica como negocio económico, que se realiza sobre los cuerpos de las mujeres. Es frase de su creador “mientras cientos de mujeres mueren de parto, nosotros salvamos a nuestras pacientes con nuestra “técnica secreta”. Dr. Charmberlain.
Pero no es preciso ir tan lejos. A final del siglo pasado, se afirma en ámbitos médicos:”Dios tomó un útero, y creó alrededor de él, a la mujer”.
O, en 1964, en Harvard:” El destino de la mujer está concebido sobre su anatomía, Si crecen sin influencias de ideologías feministas, y su comportamiento en la maternidad es obediente y lo vive con plenitud, tendremos una buena vida y un mundo mejor”.
Hace sólo unos días, en esta misma ciudad, cientos de expert@s de la obstetricia, ponían de manifiesto, cómo la “pseudo-ciencia médica” está tratando de desposeer cada vez más a las mujeres de sus cuerpos y de su capacidad como seres reproductores conscientes, y haciéndolas más dependientes del sistema técnico-médico, al precio de un alto coste en salud propia, en dinero, y en salud de sus crías. Todo ello, por supuesto, en nombre de la ciencia, y con la supuesta y loable intención de “salvarlas” de los riesgos del parto.
Y con esa misma intención, hemos de padecer y sufrir, una vez más y resignadamente a todos aquellos que pretender “salvarnos”:
- de los dolores de la regla
- de la “esclavitud” de tener la regla todos los meses
- de los terribles riesgos del embarazo
- del insoportable dolor del parto.
- del “tener que parir como los animales, por la vagina, y en medio de dolores, cuando se puede hacer limpia, cómoda y programadamente, con una cesárea
- de la “servidumbre “de dar el pecho.
- de los riesgos de la menopausia y la “deprivación estrogénica”.
- de los posibles riesgos que implica tener útero,extirpándolo injustificadamente en más del 40% de los casos.
.....y por último, del tremendo drama de “la esterilidad”.
Claro, sólo puede ser casual, que todo ello vaya estrechamente ligado a un macronegocio, que mueve
BILLONES de dólares, además de muchísimas vidas. Es decir, al poder económico, e ideológico.
Porque los “elevados fines de la ciencia” sólo son los de ayudar a las pobres mujeres a elevarse por encima de las limitaciones propias de su “condición”.
Utilizo el tono irónico, para intentar suavizar esta tragedia colectiva, disfrazada de “superavance tecno-médico”-el colmo, es el artículo del pasado fin de semana en el país.
Pero no estamos en la edad media, ni es posible hacer ciertas cosas, si no están revestidas de un cierto “barniz”. Por supuesto democrático, y si puede ser feminista, mejor.
Veamos un poco de historia, para comprender en qué se ha traducido esa realidad, respecto a Mujer y Maternidad...
En la India, en la era pre-cristiana, la institución de la familia es un grupo religioso, cuyo jefe supremo es el padre- marido, cuyo cometido es dictar y hacer cumplir las “leyes” a sus hijos y esposa, y castigarles si no las cumplen.
Los griegos y romanos, tienen poder sobre la vida o la muerte de sus esposas e hijos. Y forman parte del sistema de esclavitud imperante en esa época. Se comercian, intercambian, secuestran, violan, como botín de guerra, y en definitiva, forman parte del “sistema de propiedad” de los hombres pater-familias.
Una de las citas que resume el valor del hombre y la mujer en esta época proviene de uno de los bastiones de nuestro pensamiento occidental, Aristóteles: “El hombre es un ser divino que representa pensamiento e inteligencia. La mujer es sólo materia, semejante a la tierra, cuyo único mérito es ser sembrada por el hombre, y saber reprimir su propio instinto de rebelión”.
La cultura hebrea, establece la “inferioridad” de Eva, y su “culpabilidad” del destino de la humanidad. Confirmando así, que lo femenino, es efectivamente, inferior, y responsable de las desgracias humanas.
Cristo trae el mensaje de que TODOS SOMOS IGUALES ANTE DIOS, y condena la propiedad sobre las personas, así como cualquier abuso de poder de los fuertes sobre los débiles. Trata de dar el mensaje de que EL AMOR ha de ser la base de las relaciones humanas, y no el principio de autoridad o poder.
Pero la civilización cristiana olvida –o no llega a integrar nunca – ese mensaje, y retoma el mito de Eva para insistir en la “maldad intrínseca” de la mujer, “vulnerable a tentaciones y vanidades, demonio tentador culpable de la debilidad del hombre”. El propio S. Agustín, dice: “es una bestia, que no es firme ni constante, llena de odio, alimenta maldades, fuente de todas las discrepancias, querellas, o injusticias”....o S. Pablo...”mujeres, sed sumisas a vuestros esposos como la Iglesia al Señor, hijos, servid y obedeced a vuestros padres con temor y temblor”.
Durante toda la edad media se mantienen básicamente estos valores, y hasta los siglos XII y XIII, no se condena explícitamente por parte de la Iglesia –por tanto, aún menos por las leyes del estado- el asesinato de hijos y esposas como delito. Y hasta los siglos XVIII, XIX, el motivo de matrimonio y de tener hijos, es básicamente económico y político. Es sólo a partir de ahí que empieza a hablarse del amor como motivo y base del matrimonio y de procrear.
Y justo en ese momento, se empieza a ensalzar de un modo muy particular el valor de la maternidad, como valor sobresaliente en la mujer.
“Casualmente”, coincidiendo con el momento en que el Estado se percata del valor insustituible de los seres humanos, como riqueza para su propio desarrollo y supervivencia. Y se inicia por parte de teólogos, científicos, políticos, un trabajo intensivo para convencer a las mujeres de la importancia de su capacidad maternal. Así podemos leer “Sed buenas madres, y seréis felices y respetadas. Volveos indispensables en la familia, y conseguiréis el derecho de ciudadanía”. O bien “hay que educar a las niñas en la creencia de que toda mujer debe desear ser madre! y que sólo la inclemencia de la suerte la condena a ser obrera, contable, profesora, médica o abogada”!
En el terreno político no se nos reconoce el derecho a pensar, participar activamente y elegir representantes en los parlamentos –mal llamados democráticos- hasta prácticamente hace 50 años.
Hasta hace 20 escasos años, las mujeres aún no podíamos decidir en muchos países “democráticos”– y aún hoy no es posible en muchos otros- sobre nuestra reproducción, divorcio, sexualidad. El adulterio en las mujeres ha sido y es castigado aún durísimamente, mientras que en el hombre era y es, como mínimo disculpado, y en ocasiones, motivo de admiración.
No es preciso detallar los datos escalofriantes –que apenas hace un mes- publicó la OMS sobre la situación actual de las mujeres.
Sin detenernos más, podemos concluir que vivimos-Y provenimos -en un mundo en el que no sólo se ha despreciado, olvidado, utilizado, explotado expoliado y maltratado sistemáticamente a las mujeres. Es mucho más grave. Vivimos en un mundo en el que todo eso se ha venido haciendo sistemáticamente con todo lo FEMENINO.
Cuando,. en la historia de la humanidad, se culpabilizó a Eva del pecado original, incluso también del de Adán. Cuando se fueron derrocando y sustituyendo las DIOSAS femeninas ISIS, ASTARTE, GEA ,LILIHT, HIGEA...por los dioses masculinos ZEUS, HORUS, OSIRIS, JEHOVA, ESCULAPIO...no sólo se estaba transformando la mitología, y el inconsciente colectivo.
Sobre todo, se estaba definiendo cuáles iban a ser los valores imperantes en el futuro.
Se arrojó a la oscuridad, al terreno de lo prohibido lo ignorado, y despreciado, todo lo que tenía relación con esos símbolos:
LO INSTINTIVO,
LA INTUICION
LAS EMOCIONES
EL CUERPO
EL SENTIMIENTO
LA IMAGINACION
....y como contrapartida, se potenciaron y desarrollaron los valores relacionados con los símbolos masculinos:
LO RACIONAL
LO PRÁCTICO
LA MORAL
EL PENSAMIENTO LINEAL
EL ORDEN ESTABLECIDO
LO REAL
Haciendo tal disociación entre ambos mundos, ambas escalas de valores, que se provocó una especie de Divorcio interno dentro del ser humano, y por extensión, en la estructura de su organización social. De modo que el hemisferio cerebral derecho, quedó relegado frente al predominio del hemisferio izquierdo. Lo simbólico frente a lo práctico, lo intuitivo frente a lo racional, lo emocional frente a lo intelectual, la mujer, frente al hombre, en definitiva LO FEMENINO FRENTE A LO MASCULINO.
Y todo eso, evidentemente tiene un reflejo en dicha organización social :desde las leyes que regulan nuestras vidas, hasta la estructura económica imperante, pasando por los valores de convivencia, y relaciones humanas.
De modo, que estamos llegando al inicio del siglo XXI con esos valores, y sus consecuencias aún vigentes. Y frecuentemente, tan inmersos en ellas, que se nos olvida echar una mirada atrás, y situarnos en dónde y porqué estamos donde estamos..
Sin duda, hemos progresado, y las mujeres, como colectivo, hemos realizado muchas conquistas. Estamos llegando incluso a ser reconocidas como seres humanos completos!!!!!.
Sin embargo, del mismo modo que cuando una persona intenta cambiar actitudes y situaciones de su vida que considera inadecuadas, por otras mejores, esos cambios no suceden de un momento para el otro...Y por supuesto, se da un peso y un condicionamiento del pasado
Que dificulta enormemente este cambio. Y al que hay que tener en cuenta. Porque actúa tanto a nivel consciente como inconsciente. Y estoy hablando tanto del inconsciente personal, como del colectivo. SOMOS, EN PARTE LO QUE QUEREMOS SER, PERO AUN MÁS SOMOS LA CONSECUENCIA DE NUESTRA HISTORIA PERSONAL Y COLECTIVA., ES DECIR LO QUE QUISIERON QUE FUERAMOS.
Por eso es tan importante rastrear ese pasado.
De hecho, la historia de la ciencia, corre paralela a estos acontecimientos, y se va transformando, desde un inicio básicamente mágico –en manos de sacerdotisas, magas, curanderas, más tarde sacerdotes, magos, curanderos- a una ciencia empírica, aún muy ligada a la dimensión anímico-espiritual, como así sucedía en el mundo helénico, para llegar a ser, tras Descartes y la época moderna, una ciencia que pretende basarse totalmente en la lógica racional, desprovista por completo de valores de trascendencia. Por decirlo de otro modo, se transforma, en una ciencia DES-almada.
Sabemos que la lucha en el propio seno de la ciencia –sobre todo, la ciencia médica -ha sido entre dos grandes corrientes, que en definitiva, resumen esta evolución: la organicista, y la vitalista. Aún actualmente enfrentadas, como dos modos completamente opuestos de entender la realidad, y por tanto al cuerpo y al ser humano.
De cómo la ciencia y la medicina han “bendecido” –y bendicen-, y reforzado, esta situación de inferioridad y “cosificación” de las mujeres, tenemos amplias evidencias. Sólo por situarnos en la época Moderna, revisemos el papel que la ginecología y la obstetricia ha jugado, en contra de las mujeres. Desde el momento en que los hombres- médicos pasan a sustituir a las mujeres-comadronas, el parto se convierte progresivamente, y cada vez más, en una intervención de cirugía cuyo objetivo fundamental es el de realizar una “extracción fetal” .Y deja de ser un acontecimiento fisiológico, una experiencia psicosexual, o un momento trascendente de transmisión de la vida.
No es casual que, incluso el descubrimiento de los fórceps esté ligado a la profesión médica como negocio económico, que se realiza sobre los cuerpos de las mujeres. Es frase de su creador “mientras cientos de mujeres mueren de parto, nosotros salvamos a nuestras pacientes con nuestra “técnica secreta”. Dr. Charmberlain.
Pero no es preciso ir tan lejos. A final del siglo pasado, se afirma en ámbitos médicos:”Dios tomó un útero, y creó alrededor de él, a la mujer”.
O, en 1964, en Harvard:” El destino de la mujer está concebido sobre su anatomía, Si crecen sin influencias de ideologías feministas, y su comportamiento en la maternidad es obediente y lo vive con plenitud, tendremos una buena vida y un mundo mejor”.
Hace sólo unos días, en esta misma ciudad, cientos de expert@s de la obstetricia, ponían de manifiesto, cómo la “pseudo-ciencia médica” está tratando de desposeer cada vez más a las mujeres de sus cuerpos y de su capacidad como seres reproductores conscientes, y haciéndolas más dependientes del sistema técnico-médico, al precio de un alto coste en salud propia, en dinero, y en salud de sus crías. Todo ello, por supuesto, en nombre de la ciencia, y con la supuesta y loable intención de “salvarlas” de los riesgos del parto.
Y con esa misma intención, hemos de padecer y sufrir, una vez más y resignadamente a todos aquellos que pretender “salvarnos”:
- de los dolores de la regla
- de la “esclavitud” de tener la regla todos los meses
- de los terribles riesgos del embarazo
- del insoportable dolor del parto.
- del “tener que parir como los animales, por la vagina, y en medio de dolores, cuando se puede hacer limpia, cómoda y programadamente, con una cesárea
- de la “servidumbre “de dar el pecho.
- de los riesgos de la menopausia y la “deprivación estrogénica”.
- de los posibles riesgos que implica tener útero,extirpándolo injustificadamente en más del 40% de los casos.
.....y por último, del tremendo drama de “la esterilidad”.
Claro, sólo puede ser casual, que todo ello vaya estrechamente ligado a un macronegocio, que mueve
BILLONES de dólares, además de muchísimas vidas. Es decir, al poder económico, e ideológico.
Porque los “elevados fines de la ciencia” sólo son los de ayudar a las pobres mujeres a elevarse por encima de las limitaciones propias de su “condición”.
Utilizo el tono irónico, para intentar suavizar esta tragedia colectiva, disfrazada de “superavance tecno-médico”-el colmo, es el artículo del pasado fin de semana en el país.
Pero no estamos en la edad media, ni es posible hacer ciertas cosas, si no están revestidas de un cierto “barniz”. Por supuesto democrático, y si puede ser feminista, mejor.
Ya no es suficiente con la expropiación enmascarada, y el robo, de los cuerpos femeninos, y los óvulos. Ya estamos yendo a la expropiación del mismísimo concepto de libertad.
En nombre de “la libertad de elección”, se está convenciendo a las mujeres de que la cuestión de su posibilidad de ser madre,-y por tanto, felices- radica en que puedan “elegir libremente”, y a ser posible, con dinero público, si se hacen una fecundación “in vitro”, o si su criatura ha de ser macho o hembra, o ha de tener tal o cual característica genética.
¿qué clase de libertad de elección, es aquella que se basa en la ignorancia, el miedo, el autodesprecio?
Ignorancia hacia el proceso real que implica físico y psíquico, todo aquello relacionado con “las nuevas tecnologías reproductivas”... Y los intereses ocultos que hay tras ellas.
Miedo a no ser madre –es decir, mujer completa, realizada, felíz, y sobre todo, normal-.
Autodesprecio por sentir que si no consigues ser madre.
-Madre biológica, por más señas-, eres poco menos que... ahí podéis poner lo que cada un@ ha escuchado, pensado, sentido al respecto “machorra”, “una desgraciada”, .......
”No existe poder sin saber, ni saber sin poder”, decía Foucault.... Por eso, las mujeres tenemos que saber y hacer saber....
-Que la ciencia –si lo es- no puede ir nunca contra la libertad, la integridad y el respeto a la persona.
-Que lo que comúnmente se nombra como ciencia, no es más que un nuevo y productivo negocio
más cerca de la técnica y el mercado, que del conocimiento, la investigación y la mejora de la vida.
-Que cualquier aspecto llamado “científico”, es susceptible de ser explicado, escuchado, leído y-o
comprendido por cualquier adulto con coeficiente intelectual normal.
-Que existe una nueva “casta sacerdotal”, investida de halo de poder y magneficiencia –como los antiguos magos-sacerdotes, muy peligrosa. Son los pseudocientíficos.
-Que los “pseudo-científicos” pueden ir disfrazados de batas blancas, lenguajes ampulosos e incomprensibles, y carteras de piel impresionantes.
-Que nuestra naturaleza es tan fértil como generosa.
-Que fértil viene de “dar frutos”, “fecundo”, “abundante”.....y los frutos que podemos ofrecer a la vida y al mundo van más allá de los que produzcan nuestros óvulos y nuestro útero- aunque también los puedan incluir-.
-Que nuestra fertilidad, nuestra “abundancia”, se encuentran en cada uno de los aspectos de nuestra vida.
En la creatividad que seamos capaces de desarrollar: ya sea inventando un plato nuevo para los que queremos, introduciendo nuevos elementos para que la educación genere personas mejores, concibiendo programas de salud para la población-a ser posible, programas saludables-, escribiendo poesía para el disfrute de un lector, o colocando una maceta para alegrar un rincón....
-Que la maternidad o el maternaje, tienen muchos modos de ser vividos y desarrollados:
*cuidando de todo aquello que nos resulta valioso y querido, empezando por nosotras mismas.
*cuidando l@s hij@s de otr@s, que son todos, hijos de la vida....amigos, sobrinos, acogimiento, adopción...
*cuidando las diversas formas que la vida adopta para alimentar nuestro ser: animales, plantas, medioambiente....y
*todas las múltiples formas que puede adoptar el cuidar, proteger, nutrir, sostener, ayudar,..amar...
DRA MARIA FUENTES CABALLERO
DELEGACION DE SALUD Y GÉNERO
AYUNTAMIENTO DE JEREZ DE LA FRTRA.
OCTUBRE.2000.
EXTRACTO DEL CURRICULUM
Dra. Maria Fuentes Caballero
*Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Central de Barcelona.
*Doctorada en Ciencias de Higiene Vital en Rennes. Francia.
*Postgraduada en Homeopatía por la escuela de Homeopatía de Sevilla
*Experta en salud de la mujer tras 20 años de trabajo cotidiano en ese ámbito: Maternidad, higiene mental, ginecología, Salud de género.
*Autora de diversos artículos, y obras al respecto
*Responsable del Programa de Salud y Mujer de la Delegación de Salud y Género de este Ayuntamiento.
..........................y madre de dos hijas adoptadas.
