Frase

"No te empeñes en curar tu enfermedad; tu enfermedad viene a curarte" Carl Jung

CONSULTAS Y APOYO

"El tratamiento ha sido muy positivo para mí y ademas de ayudarme con el quiste me ha abierto varias puertas en las que estoy encontrando cosas, caminos, que antes no contemplaba, como aprender a escuchar mi cuerpo, valorar su singularidad, y como verdaderamente me indica cosas que se relacionan con el momento que estoy viviendo e incluso me da algunas pistas sobre las decisiones que debo tomar para mi futuro. No es que tenga nada resuelto, es muy difícil y me estan pasando demasiadas cosas a la vez que dan muchos giros vilentos (sin tregua en este año) pero te he escuchado, me estoy escuchando a mí y estoy muy contenta con mis nuevos recursos, me tranquiliza mucho esta nuevo "tesoro" que he descubierto, muchas gracias, iré a verte pronto."

Isabel, 31 años.


Desde el Centro de Salud Artemisa ofrecemos:
Consultas individuales y a parejas; adultos y niñas.
Acompañamiento y apoyo al embarazo, el post-parto, la lactancia, y la crianza.
Anticoncepción, métodos naturales.
Ofrecemos un servicio de consulta de medicina general, basada en una perspectiva holística y tratamientos biológicos y recursos Naturales.
Se acogen personas de todas las edades, y ambos sexos. En casos necesarios, por demanda de l@s usuari@s, pueden acordarse sesiones vía SKYPE. Especialmente para los que ya tienen historia clínica abierta en el Centro.
La media de tiempo dedicada por consulta individual es de una a dos horas, en las que el/la usuaria/o es atendida/o en sus aspectos físicos, psiquicos, y sociales, tal como plantea la OMS, y desde una perspectiva de género.
Utilizamos fundamentalmente como recursos terapéuticos la homeopatía, la dietética, la naturopatía,  la psicoterapia de apoyo y la información. Todos ellos validados por la OMS como recursos terapéuticos probados científicamente.




Por otro lado, ofrecemos una consulta maternoinfantil de seguimiento de embarazo, preparación al parto natural consciente y seguimiento de postparto.








"En la búsqueda de UNO,   siempre hay momentos de reflexión...
  Pasan los meses y mi idea de profundizar en la vivencia de la cesárea programada de Nora, siento que empieza a convertirse en una obsesión… a medida que voy accediendo a la información sobre el tema, que hace 7 meses ni me cuestioné en solicitar ni en buscar… más daño me hago porque topo con la CULPA, IMPOTENCIA    más profunda.
Recuerdo las últimas semanas, pataleaba, lloraba… Me negaba a pensar en la posibilidad de cesárea… Pero todo esto lo hacía como una NIÑA, que se enrabieta por no conseguir lo que quería… ¿Pero qué trabajo real estaba haciendo de PARTO?
La pregunta que más me atormenta es: ¿Por qué? Porque creyéndome una persona inquieta, no conformista, informada, crítica con los protocolos estandarizados, rodeada de profesionales informados… ¿Por qué en el momento que me dijeron que mi hija venía podálica, me RESIGNE, sin más y entré en todo aquello que dije NO hacer? Podría relatar alguna que otra justificación pero no me la creo ya… Mi INTUICIÓN, MI SER    me indicaban el camino, pero ahora siento que YO no estaba preparada en aquel momento para leer lo que me decían (...)
No CONFIABA EN MI, NI EN MI CUERPO… Aún no me había reconciliado ni planteado reconciliarme con él… ¿Cómo acompañar a alguien al mundo cuando ni tú misma te reconoces como parte de este? Así era más fácil que los demás decidieran una vez más por tí –por vosotras. La docilidad y complacencia con la que he aceptado “las decisiones de los demás sobre mí” en este momento se hicieron patentes.
Pero ahora cuando palpo mi “raja física”(...), me conecta directamente con la    “raja emocional”, y visualizo que la MUJER que nació ese día, en la mesa de un quirófano, no quiere olvidarse del trabajo de reconciliación con su propio SER, con su propio CUERPO.
No sé cuanto tardaré en ir dejando que la CULPA, deje de ser un lastre y se convierta en mi motor para mi  búsqueda (...) sé que cada lágrima,    cada pellizco en el estomago cuando leo los efectos nocivos en el bebe tras una cesárea programada… me darán la luz que necesito para encontrarme y a la vez la paz para trasmitirle a mi hija,    que a pesar que a veces las decisiones que tomamos tienen efectos adversos, la VIDA te da una y otra vez la oportunidad de transformación, de cambio… y    es en esas oportunidades donde uno aprende.
A medida que escribo me doy cuenta, que NO SUPE HACERLO DE OTRA MANERA, QUE EN AQUEL MOMENTO NO TENIA LA CAPACIDAD PARA VER DE OTRA MANERA…por mucho que hoy me reproche, no sería justa conmigo, no haría un acto AMOR hacía mí… ¿Y cómo dar AMOR a un hijo sino te lo das a tí?"
 
Tamara, 6 meses después de su cesárea.


"En el camino casi agotada te encontré y fuiste tu con tus pequeñas manos y tu gran corazón, la que a base de amor modeló lo que hoy he llegado a ser. Sé que a veces ante mi estado solo podrías mirar hacía arriba y confiar. Pero esa confianza y ese reconocerme hicieron que pudiera caminar hacia el   final del túnel que debía atravesar. Hay sucesos dolorosos en la vida que son imborrables pero se pueden sanar con amor y aceptación, uno puede quedarse en el victimismo o aceptar    que eso que sucedió, sucedió por alguna razón. Hoy cada día la vida me regala estar al lado de lo más sagrado, los niños   y te puso en mi camino para que recuperara mi dignidad como niña y mujer, te puso en mi camino para enseñarme a manejar los caballos de mis emociones, para que pudiera poner en orden pensamiento, sentimiento y voluntad, tu me enseñaste a dar y recibir a respetar y ser respetada. Me enseñaste cuando yo no era ni yo que seguías confiando en mi y perseveraste hasta verme convertida en crisálida, fuiste fuente de sabiduria, comprensión y amor. Gracias."
Patricia, 33 años.

"Quería decirte que después de la conversación me fui a los baños árabes a descansar en el agua, y me pasé casi todo el día llorando, soltando mucho. Sentía compasión por lo que he hecho para sobrevivir, y mi cuerpo me está enseñando. En algún momento del día me vino a la mente mi imagen de pequeña con insomnio diciendo "quiero descansar", y ahora también repitiendo eso tras la semana que he tenido. Y lo sentí como un "quiero descansar" que me dice todo mi cuerpo, "quiero descansar" de la tensión sutil interna y del ejército interior. El insomnio también tiene su mensaje.
Me acosté y me puse las manos con ese mensaje: "ya puedo descansar", y me quedé dormida hasta las 7.30 de esta mañana.
Qué alivio tengo en el cuerpo.
Gracias y un abrazo."
 
Mayte, 45 años.