Frase

"No te empeñes en curar tu enfermedad; tu enfermedad viene a curarte" Carl Jung

Capitulo 17 de "Mujeres y salud desde el sur". Los profesionales de la salud y la educación

De la obra: MUJERES Y SALUD DESDE EL SUR. María Fuentes. Ed. Icaria. Barcelona.2001-2012.4ª edición.

CAPITULO DIECISIETE
LAS PROFESIONALES DE LA SALUD Y LA EDUCACION. SON, SIENTEN DISTINTO?

La tarea del sanador consiste en encontrar, tocar y amar el sentir más profundo del paciente. MILLER.

Antes de iniciar este capítulo, es preciso ante todo, hacer una serie de aclaraciones:
  • El número de mujeres no-profesionales de la salud y/ o asistencia ha sido de diez vez más que el número de profesionales que han participado en los cursos. (Esto fue así en la primera edición. Desde entonces, se ha ido igualando cada vez más, dado que este trabajo se ha extendido e impartido desde Unidades docentes hospitalarias, colegios de enfermería, comadronas, Escuela maternoinfantil Consuelo Ruiz, Universidades, y otros colectivos.). El motivo fundamental es el que la oferta a profesionales ha sido muy inferior a la de no-profesionales. Y evidentemente, la demanda también lo ha sido. Entre otras cosas, porque el número de mujeres en esta situación también es sustancialmente menor. Un segundo motivo ha sido puramente asistencial: se le ha dado más prioridad, en esta primera etapa, a la necesidad de las mujeres de trabajar desde la prevención y la educación. Aunque pensamos que esta necesidad es cubierta sólo en parte si l@s profesionales con las cuales se han de relacionar toda su vida, y que en muchas ocasiones tienen un gran ascendente sobre ellas, no tienen ellas mismas un cambio importante en su formación, y su forma de concebir y practicar su profesión. Cambios en contenidos. Cambios en actitudes. Cambios en sus métodos. Cambios, sobre todo, en sus creencias, y en su propia manera de percibir y cuidar sus cuerpos, su vida, su salud. Estimamos indispensable seguir generando programas de formación continuada, reciclaje y actualización a los colectivos profesionales. La forma en que se han desarrollado los talleres de uno y otro grupo han sido muy distintas. Aunque las profesionales han realizado más horas totales –unas 60-, estas se han desarrollado a lo largo de fines de semana, de modo concentrado. Mientras que los talleres de no-profesionales tenían lugar de modo continuado, una vez por semana, a lo largo de varios meses. 
  • La recogida de reflexiones personales que se sistematizó en los talleres de mujeres, no se realizó del mismo modo en la de las profesionales. Sino que se recogieron los trabajos realizados, generalmente en grupo, alrededor de los temas de trabajo. 
  • La edad media de este grupo es de 27 a 45 años, mientras que las de los anteriores va de los 20 a los 75. 
  • Aunque el curso a profesionales se planteó desde la doble perspectiva de experiencia personal, y experiencia profesional, en el momento de realizar trabajos y reflexiones, se dirigían fundamentalmente al ámbito profesional, excepto en algunos casos. Es por todo ello por lo que el material directo es más reducido; tiene menos connotaciones personales y más globales, técnicas, y asistenciales; está centrado en unos pocos temas, y no en todos los anteriores. Y en general, su lenguaje, tono y contenido son distintos. 
  • Los grupos están conformados por profesionales de variadas especialidades: médicas comadronas, enfermeras, psicólogas, trabajadoras sociales, abogadas, educadoras o profesoras. Todas ellas trabajando en el campo específico de la salud. Por todo ello, he considerado adecuado abrir un capítulo aparte que recoja toda la riqueza que esto aporta.
Soy consciente del riesgo que entraña: creer que las mujeres que han hecho de la salud y/o la asistencia su profesión, tienen más cosas claras y resueltas que las demás mujeres. Por el hecho de ser “expertas”, o tener más bagaje académico.

No es así, en general. Frecuentemente, las profesionales hemos sido formadas -o deformadas, según se mire- desde discursos y paradigmas sexistas, patriarcales y totalmente desvinculados de nuestro sentir, pensar y vivir.

Eso hace que nuestros conocimientos académicos nos hayan sido de poca o ninguna utilidad para hacer un proceso personal de conciencia e integración entre nuestro ser mujer y nuestra salud-en una sesión para comadronas, al proponer un trabajo práctico de autoexploración genital, el comentario general fue: “pero nosotras hemos visto y tocado ya muchas vaginas!”…solo una –la líder- añadió: “sí, pero yo he parido cuatro hijos, tengo más de cuarenta años, y sólo mi ginecólogo, mi comadrona y mi marido han visto y tocado MI vagina, ya va siendo hora de que la conozca yo!.”

Es más posible que, por el contrario, haya sido un fardo más, o un estorbo añadido, a los que puede tener cualquier otra mujer. Estamos generalmente más condicionadas, menos libres de prejuicios, más apegadas a nuestro saber-poder. Y por tanto nos sentimos más cuestionadas , y solemos tener más resistencia a conectar directamente con nosotras mismas. Con nuestra experiencia, nuestros sentimientos, nuestra propia visión del mundo, de la salud, y de nosotras mismas. Sin intermediarios, sin “opiniones de expertos”, sin la ficticia seguridad que dan los datos provenientes de “demostraciones científicas fiables”.

De hecho, en el terreno de la salud y la asistencia (psicológica, social, educacional, médica…) la estructura patriarcal ha utilizado de nuevo a las mujeres –como ya hizo en la familia- como intermediarias entre las estructuras de poder, y los sujetos que deben someterse a él. Y por lo tanto, las ha tratado de convertir en correas de transmisión acríticas, fieles y abnegadas, de los paradigmas predominantes. No es casual la amplia predominancia de mujeres en profesiones de esta naturaleza: magisterio, enfermería, trabajo social, psicología…

Tal vez a causa de todo esto, y porque de un modo apenas consciente, se dan cuenta de esta utilización, y la estafa que eso supone hacia sí mismas y hacia las otras mujeres, he encontrado una resistencia especial en este colectivo de mujeres, a la hora de atreverse a zambullirse en sí mismas, a exponerse a las otras, a permitirse el cuestionamiento.

Evidentemente, como en cualquier otro colectivo, existen diferencias entre las personas. Grados distintos de capacidad, de implicación, de autocrítica, de conciencia. Nada es uniforme.

Por eso, y a pesar de todas las dificultades, la necesidad de comprenderse a sí mismas, de conocerse, de conectar profundamente con el hecho de ser mujeres, y además “ayudadoras” de otras mujeres ha estado presente. Y ha hecho posible las reflexiones que aparecen más adelante…y quién sabe, tal vez algunas cosas más….


ANALISIS DE LA SITUACION ACTUAL(2001) RESPECTO A LA SALUD, LA ASISTENCIA GINECOLOGICA Y OBSTETRICA DESDE LA PERSPECTIVA DE LAS MUJERES-PROFESIONALES.

Uno de los trabajos más significativos, creativos y controvertidos realizado con los grupos de profesionales, fue la “dramatización”, representando algunas escenas cotidianas dentro de una consulta médica, o una sala de hospital.

Eso fue mucho más eficaz como toma de conciencia, que una larga y – a veces dolorosa- discusión , sobre el rol de l@s profesionales. Y el desajuste existente actualmente, entre el modo en que est@s son formad@s, sus actitudes, y las necesidades de las personas a su cargo. Colocarse en el lugar del “paciente”, e incluso que la vida te de la oportunidad de estarlo en la realidad, debería ser una de las asignaturas obligatorias en cualquier profesión “terapéutica” que se precie. De hecho, algunos valientes profesionales lo llevan a cabo con sus estudiantes en ciertas universidades americanas.

De momento, se podría empezar por dar una hoja informativa sobre LOS Derechos del Paciente (ver Anexo 5), de modo habitual y sistemático, en las escuelas, institutos, y sobre todo, en los servicios sanitarios de todo tipo, Y sobre todo, sería deseable que estos se respetaran. En este momento, la inmensa mayoría de la población no conoce esos derechos. Y si los conoce, no le son respetados: “Los médicos españoles obstaculizan el derecho del paciente a tener sus historial. El problema no es legal sino cultural….Y no creo que sea por simple ánimo de ocultar información. Veo en ello la propia visión del paciente, que cree que las decisiones debe tomarlas siempre el médico, y la del personal sanitario que quizá se empeña en mantener la jerarquía tradicional”.(DR. JADAD, 1999) .

Tampoco es posible abordar aquí el tema de la educación de salud en las escuelas. Pero sí, hacer una llamada de atención , a l@s educador@s, en cuanto a recordarles la importancia de su trabajo. Si este despertar de la sensibilidad hacia el propio cuerpo, y sus necesidades, los sentimientos, las relaciones, y todo aquello que conforma una educación para la vida cotidiana no se inicia desde la infancia –y en todos los ámbitos, casa y escuela- , es ingenuo creer que va a ser posible avanzar.

Y para ello, no es suficiente –aunque también sea necesario- limitarse a las campañas de prevención de caries, dos clases o cuatro de fisiología y biología de la sexualidad, etc. Educar para la salud verdaderamente tiene que ver con la visión global que se tiene de una criatura de una criatura: el modo de mirarla, sostenerla , apoyarla, y relacionarse con ella de modo respetuoso, confiante y confiado. No sólo con añadirle al currículo más actividades. Y éstas, si se realizan, han de ser mucho más dirigidas hacia descubrirse a sí mism@s , conocerse y aceptarse de modo vivencial, y menos a llenarse de información. Ya adentrados en el siglo XXl, se ha empezado a desarrollar por todo el mundo la noción de “educación emocional”. Y todo un movimiento mundial genera jornadas, congresos, literatura, materiales didácticos, programas educativos y experiencias diversas orientadas en esa dirección.[1]

Las escasas pero valiosas experiencias escolares realizadas desde esta inspiración en nuestra provincia demuestran la importancia y la repercusión de dicho trabajo. Merecerían ser más conocidas, y consideradas como punto de referencia a seguir.[2] [3]

El propio grupo, ha realizado un extenso y crítico análisis sobre la medicina –y específicamente la obstetricia y la ginecología- y su relación con las mujeres.

Creo que es lo bastante clarificador como para no haber necesidad de añadir nada más. Por otro lado, es un tema que merece –por importancia y amplitud- un tiempo y espacio imposibles de concederle en este volumen.

Actualmente, los servicios de obstetricia y ginecología están bajo el control absoluto del poder médico. Hasta el punto de que , como colectivo, no se dejan cuestionar, ni quieren perder su poder ( valga como ejemplo, el que nos fue imposible que nos dieran la información que necesitábamos como grupo de profesionales, sobre el índice de cesáreas que se realizaban al año en el hospital de nuestra área).

Por lo tanto, aunque en muchos momentos puedan aliviar nuestros malestares, y ayudarnos a recuperar la salud, incluso a salvar la vida, hay muchos aspectos perjudiciales y peligrosos en el sistema sanitario actual:

· No se ocupan de la salud, ni de cómo preservarla, sino de la enfermedad.
· Existen unos presupuestos económicos astronómicos para los hospitales, y se gasta muy poco en prevención primaria, y educación de salud.
· Se nos anula la capacidad de decidir, como pacientes. Nos hablan en lenguaje técnico, que no podemos entender, y nos recetan lo “último” descubierto, lo más “eficaz”. Quedándonos nosotras con la sensación de todo lo que podemos hacer para mejorar nuestra salud es ir al médico, y tomar lo que nos mande. De modo que , lo “mejor para nosotros”, siempre nos llega de fuera.
· Nunca nos habló nadie de nuestro “médico interior” hasta ahora. Ese médico que fue capaz de hacernos crecer en el vientre de nuestra madre, y que después de los disgustos que le damos a nuestro cuerpo, siempre hace por curarnos. A veces creo que si buscamos tantas emociones a partir del exterior –drogas, fármacos, alcohol…- es porque aún no hemos descubierto nuestra energía interior.
· La salud es actualmente un negocio. Fármacos, industria farmacéutica, medicalización de procesos fisiológicos de las mujeres y la infancia: embarazo, parto, lactancia, menopausia, sexualidad, salud mental, crianza, salud infantil…(GRUPO DE TRABAJO DE PROFESIONALES DE LA SALUD)

EN EL CAMPO ESPECÍFICO DE LA OBSTETRICIA

Las mujeres no son preparadas para que se informen, cuestionen, y puedan decidir dónde y cómo quieren ser asistidas en su parto. Los cursos de preparación suelen realizarse en función de lo que necesitan los profesionales que las mujeres hagan, y no al revés.

· Se dice que las mujeres no van a los Centros a pedir información, pero lo cierto, es que no están motivadas.
· Se nos ha manipulado para que las mujeres creamos que lo mejor para nosotras, y lo más seguro es ser atendidas en un hospital a la hora de parir, y en las condiciones que ellos decidan. Por eso, las mujeres sienten miedo, y no pueden pedir ser atendidas de otro modo, más parecido a lo que ellas necesitan, como por ejemplo parir en su casa, bien atendida. De este modo, se potencia el vivir la maternidad como un proceso de alienación y de esclavitud del cuerpo –que es percibido como un riesgo potencial-.
· Se está perdiendo el papel antiguo de las matronas en los partos normales.
· Los médicos, al ver el parto como una enfermedad, conciben el dolor que puede haber como algo que hay que anular, huir de él. Y no cómo entrar en él, o cómo educar para vivirlo bien.
· No se informa de que hospital, para parir, aparte de ventajas, también tiene riesgos: provocación del parto, fármacos (oxitocina, sedantes, epidural) que afectan a madre y bebé-a corto y largo plazo-, episiotomía o herida en la vagina, cesáreas no siempre necesarias, fórceps, más infecciones, abreviación forzada del tiempo de todos los procesos –embarazo, parto, lactancia-…etc.
· No se respetan las Recomendaciones de la OMS, sobre los derechos de la mujer y el bebé (ver anexo 3)
· Actualmente se valora más el que la mujer trabaje, pero a ésta no se le permite con tanta facilidad el quedarse embarazada. Por eso muchas mujeres, aunque lo deseen están retrasando el hecho de ser madre porque los recursos económicos y sociales no están ajustados a sus necesidades reales, para poder vivir su posible maternidad con el stress mínimo y en las mejores condiciones posibles.

Y esto sucede porque las instituciones políticas y sanitarias no están apoyando realmente en la práctica a las mujeres en los períodos reproductivos de su vida.

El tipo de asistencia actual está marcada por el predominio de cierto tipo de valores masculinos, esto es:

TECNICA, EFICACIA, INTELECTO, DATOS, RAZON, OBJETIVIDAD, PREPOTENCIA, PODER, AGRESIVIDAD, HACER, VISION PARCIAL

en detrimento del principio femenino, de los valores femeninos, y de la mujer, que personifica ese principio, y que tienen relación con:

RESPETO (hacia la mujer, sus ritmos, el bebé, sus necesidades) GLOBALIDAD (considerando todos los aspectos de la mujer-bebé) ACOGIMIENTO ( en la actitud de atención profesional) INTUICION Y SUBJETIVIDAD (como instrumentos valiosos profesionales) TEMPO (como el tiempo INDIVIDUAL, de cada persona-proceso) ESTAR AL LADO

Ser ignoran los aspectos psicológicos, emocionales, sociales, antropológicos, creativos, mágicos y trascendentes del proceso embarazo-nacimiento-lactancia.

Se anulan sistemáticamente –y por “protocolo”- las sensaciones, emociones, vivencias, administrando fármacos anestésicos, y analgésicos, que alteran la percepción y la conciencia.

Se actúa según los protocolos rígidos de cada institución o centro, ignorando a cada mujer como individua. Frecuentemente, con una actitud sobreprotectora, y déspota: “todo para ti y tu bebé , pero sin ti y sin él”.

(Grupo de trabajo)

En el campo de la GINECOLOGIA:

· No se facilita el conocimiento del cuerpo de las mujeres por ellas mismas. Ni su participación activa y responsable en todo lo relacionado con su salud “ginecológica”, y su sexualidad y anticoncepción.
· Se anulan síntomas, y se suprimen enfermedades, sin aprovechar la información que pueden estar ofreciéndonos sobre nosotras mismas. Y sin tener en cuenta de qué modo el tratamiento puede perjudicar la salud global (antibióticos, hormonas, cirugía). Dando siempre prioridad a terapias agresivas, sobre otras que también pueden ayudar y curar, pero sin tantos efectos secundarios.
· No se comprende que la enfermedad, además de necesitar ser curada, necesita ser comprendida y vivida como experiencia de crecimiento y maduración personal. Y muchas veces, puede ser curada respetando simplemente la capacidad del cuerpo para recuperar el equilibrio perdido, si se le pone en las condiciones de vida idóneas.
· Se trata el síntoma de modo aislado, sin considerar que forma parte de un sistema GLOBAL, el cuerpo de una persona-mujer.
· Se ejercitan recursos muy agresivos (como la cirugía, a través de la que se extirpan órganos específicamente femeninos), de modo indiscriminado, y frecuentemente injustificado, con la excusa de la “prevención”, sin tener en cuenta la repercusión que esto va a traer en la vida de esas mujeres.
· No se da una información completa y correcta sobre los métodos anticonceptivos, dando siempre prioridad a los métodos más agresivos para la salud de la mujer ( píldora y DIU.), sobre otros menos agresivos, muy seguros, más baratos, y más respetuosos con la sexualidad y la salud de las mujeres –y los hombres- (preservativos, diafragma, método de autoobservación o Billings).
· No se trabajan las implicaciones emocionales y personales que l@s profesionales tienen en relación a su trabajo asistencial con las mujeres.
· Se potencia una relación de dependencia de la mujer hacia el-la profesional. Creándose una dinámica de niña desvalida-padre omnipotente.

En realidad, todo esto no es más que la extensión al ámbito sanitario de la relación de poder y de predominio del principio masculino, que el patriarcado ha impuesto en todas las áreas de la vida: familia, pareja, educación, economía, política…

Y tiene amplias y profundas repercusiones en la salud y la vida de las mujeres. Y también de los bebés –niños y niñas-.Por lo tanto, en la salud y la vida de todas las personas.

Hemos enumerado algunas de ellas :

· Desconocimiento directo y real del propio cuerpo, y más específicamente de las zonas relacionadas con nuestra esencia femenina.
· Dificultad e incapacidad para responsabilizarse como adult@s del propio cuerpo, la salud , los procesos vitales femeninos, y en definitiva, la propia vida.
· La enfermedad vivida como fenómeno “sin sentido”. Por lo tanto, negación de una parte de la realidad de la vida.
· Concepción de la enfermedad como algo ajeno e incontrolable que favorece una actitud de miedo y sumisión. Lo cual lleva a depositar TODO EL PODER en las manos de la-el profesional, que es el que te va a “salvar”.
· Ignorancia del poder curativo interno.
· Negación o ignorancia de los aspectos sociales de la enfermedad. Impidiendo así cuestionar las actuales estructuras socio-políticas, patógenas, generadoras en sí mismas de enfermedades.
· Dificultad de las mujeres para identificarse con el principio o arquetipo femenino, y tener una vivencia positiva de su identidad femenina. Esto se manifiesta en :

              - La confusión con la que es vivido el hecho de ser mujer
              - La infravaloración existente en las mujeres hacia nosotras mismas. Inseguridad.
              - La baja autoestima. Relaciones dependientes.
              - La transmisión de esta vivencia negativa del ser mujer a nuestr@s hij@s.

· Resentimiento –consciente o no- hacia los hombres
· Dificultad para conectarnos con nuestro propio principio o arquetipo interno masculino de manera consciente y sana.
· No se favorece el encuentro sano entre hombres y mujeres, ni el desarrollo global de unos y otras.
· Frustración de l@s profesionales, que no ven resultados satisfactorios de su trabajo, que no tienen estímulos profesionales ni personales ,carecen de apoyo para manejar, digerir ni aprovechar suficientemente la posibilidad de crecimiento personal que ofrece su trabajo.

Huelga decir lo que todo lo dicho supone en cuanto a los problemas de salud que genera, en la población en general, incluidos l@s profesionales, y el elevado coste económico y social que ello implica.

Nos parece interesante lanzar algunas propuestas de futuro, con la perspectiva de favorecer una mejora de esta situación:

· Sería preciso que se contara con las mujeres cuando se elaboraran nuevos planes de mejora de los servicios ginecológicos y obstétricos.[4]
· Es necesario permitir y favorecer que las mujeres puedan elegir dónde y cómo dar a luz, en condiciones saludables.
· Hay que reforzar el papel de las matronas, para que vuelvan a recuperar el su papel en la salud de las mujeres.
· Creemos interrogantes entre las personas que nos rodean –en nuestro medio personal y profesional-.Interrogantes de búsqueda, conocimiento, actitud crítica y capacidad de tomar decisiones sobre su estilo de vida, su salud, y la de su entorno.
· Hemos de partir de que son l@s propi@s profesionales: médic@s, matron@s, enfermer@s, educador@s, psicolog@s, los que han de tomar conciencia de la realidad de las mujeres, y cambiar viejos y cómodos patrones, que no son operativos ni útiles ante las necesidades actuales de las mujeres.

Para ello, se hace precisa una actitud – como profesionales- de reflexión y autoanálisis. Tomar conciencia de lo que supone ser persona y mujer , y ser coherentes en el sentido responsabilizarnos de nuestra propia salud-en su sentido más amplio.

(Grupo de trabajo de profesionales)

Hasta aquí el análisis de la situación en el inicio del año 2000. Este capítulo lo ampliamos ahora con las aportaciones de grupos profesionales –mujeres y hombres- trabajador@s de la sanidad, alumn@s del Postgrado de la Escuela de salud holística y maternoinfantil Consuelo Ruiz , diez años más tarde, y tras empezar a ser aplicadas algunas de las nuevas normativas que el Ministerio de Sanidad promulgó en el 2007, y que técnicamente deberían mejorar las condiciones de asistencia a la maternidad. Sus informaciones de primera mano, sus reflexiones, y sus propuestas nos acercan al momento actual.
Situación de la asistencia, atención y apoyo a la maternidad en el Estado Español. Algunas reflexiones y propuestas
Cuál es la situación en nuestra zona, comarca, o Centros Laborales. Necesidades sin cubrir.

“Las matronas en A. primaria son -en toda la provincia de Córdoba- de 3 cuando la necesidad según la propia dirección, hace ya 14 años era de 17.
Tras 14 cartas de ida y vuelta, al defensor del pueblo responden que no hay matronas formadas, pero eso no es real. Hay 12 matronas que trabajan fuera de su provincia y que estarían dispuestas a volver si se abrieran estas plazas. Lo más que hemos conseguido, es una 4ª matrona en la ciudad de Córdoba, porque las otras tres están en pueblos de la provincia”.
Casos semejantes se describen desde Jaén, Plasencia, Huelva, Coria (Sevilla), Tenerife, Almería, Sevilla capital, áreas de Madrid, Lorca, Mallorca. El denominador común: escasez de comadronas contratadas, comarcas- casi provincias enteras- sin ninguna; ratios del tipo una comadrona para 5.000-15.000 mujeres.
Médicos y enfermeras de familia, que hacen las veces de comadronas, sin estar formad@s para ello.

“Muchas matronas de primaria se han quedado obsoletas con respecto a la preparación a la maternidad y muchos temas relacionados con la salud reproductiva de la mujer, y algo peor, que la coordinación entre primaria y especializada es nefasta, lo único que consigue es desorientar y confundir a las mujeres, En cuanto al paritorio, decir que en general, no se tiene ni idea de qué es un parto poco intervenido”. “Las únicas citas que tienen las mujeres con la comadrona son: la primera visita antes de las 12 semanas, una charla en el primer trimestre, la preparación al parto durante el 2 y 3 trimestre y una consulta a las 35-37 semanas”.

“Entre primaria y especializada hay una enorme falta de coordinación y no existe comunicación fluida ni con los ginecólogos ni con los pediatras del hospital; la información que recibe la mujer es completamente contradictoria y esto les crea mucha inseguridad”.

“En los centros de salud no existen espacios adecuados para realizar las actividades de promoción de la salud”.
En cuanto a los Centros Hospitalarios:
“En Sevilla, en mi Centro, el número de comadronas por servicio se sigue haciendo en función del numero de nacimientos por lo que la atención one to one se hace imposible.
Las comadronas sólo están presentes en las áreas de urgencias, dilatación y paritorio pero no hay comadronas en las salas de hospitalización e incluso en el hospital de referencia los controles postparto inmediato los realiza la enfermera y el pediatra”.

“Necesitamos mejor apoyo desde primaria para preparar a las mujeres no a como deben de comportarse en un hospital para no infringir los estrictos protocolos, sino para pedir los cambios que queremos y necesitamos tod@s”

“Aunque la tendencia en nuestro servicio de paritorio es de mejora (baja intervención, parto respetado y pro lactancia materna), todavía nos encontramos con dificultades con algunos profesionales recién llegados, con ideas fijas de manipulación del parto e intenciones claras de dejarnos al margen”.

“Siguen habiendo cifras no alentadoras: casi 25% de cesáreas, 50% de episiotomías, 80% de epidurales, sólo 60% salen del hospital dando lactancia materna, y de éstas, sólo la mitad continúan hasta los 6 meses. Es decir, no hay más de un 30% de bebés que amamanten los 6 meses recomendados por todos los expertos .Es decir, queda aún mucho trabajo por hacer”.

Dificultades cotidianas de las comadronas para realizar sus objetivos de asistencia y atención preventiva y holística

“El cambio de actitud se está haciendo evidente entre nosotras, y la batalla esta establecida aunque no sea abierta y el cambio se producirá en el resto de los compañeros, porque esto es imparable pero de ahí a la “humanización” queda camino por recorrer”.

“El aumento de la carga administrativa, miedo a ser juzgadas, no conciencia de las funciones de la comadrona en la asistencia a un parto normal, miedo no ser “productivas” para el sistema”

La falta de coordinación entre primaria y especializada.

Propuestas para fomentar políticas de igualdad para la protección de la maternidad

Apoyo institucional. Que se asuman claramente las demandas de las mujeres (colectivos, instituto de la mujer, observatorio de la mujer, etc).

Vigilar que se cumplan los cambios y que cualquier acción se consensúe. Sólo un 25% como máximo de mujeres presentan Plan de parto a los servicios públicos.

Establecer comunicaciones entre asociaciones de usuarias, y profesionales…tod@s tenemos algo que decirnos.
· Posibilitar la lactancia prolongada con la organización del trabajo (áreas, guarderías en centros,…).
· Establecer realmente el cambio de actividad dentro del mismo centro para que sea posible una maternidad respetada
· Prolongar el período de baja maternal para que sea real el descanso previo al parto
· Que las leyes establecidas se cumplan por ejemplo, mujeres que se incorporan al mundo laboral tras la crianza, solicitando reducciones de jornada, que aunque les son concedidas, no son cubiertas y son concedidas a costa de la sobrecarga de l@s compañer@s.
· La ampliación para la mujer que lo desee de forma voluntaria del permiso de maternidad a un año por lo menos.
· El reconocimiento como derecho de la mujer que lo desee y la facilitación de ser atendida por el/l@s profesionales que ella escoja, entrando dentro de la cobertura sanitaria del país igual que la asistencia en el hospital.
· Debería considerarse la maternidad y la educación de los hijos durante su primera infancia como un trabajo, estar remunerado y cotizar en la seguridad social.
· Favorecer la corresponsabilidad de roles en la familia
· Educación real de salud para la población Horarios más flexibles para madre y padre. Crear más bancos de leche 
· Creación de grupos de apoyo a la lactancia dentro de los centros de salud u hospital.
· Mínimo de 1 mes de licencia de paternidad

Propuestas para la regulación del parto domiciliario.

· Que toda mujer que decida tener su hijo en casa le sea cubierto el gasto de la asistencia y si genera una disminución del gasto en el sistema sanitario, incentivarlo.
· Habría que crear alguna manera de comunicación entre las comadronas de parto en casa y las del hospital para que, si se da
un traslado, se haga en las mejores condiciones para la mujer.
· Que se respete esta opción como se hace ya en otros países de Europa

Guías para la población y para profesionales · Valorar la posible creación de maternidades o casa de partos.

Hacer información desde la primaria de la posibilidad de realizar un parto en domicilio, menos tecnificado, para aquellas mujeres preparadas o por preparar que lo soliciten, teniendo el personal entrenado, y en coordinación con el Centro hospitalario.

En los hospitales se debería de realizar un protocolo de atención para aquellas mujeres derivadas de parto en casa. Es muy duro para la mujer que tiene que ser trasladada, encontrarse con el enjuiciamiento y falta de respeto de los profesionales hospitalarios. Todas las mujeres merecen un trato respetuoso y amoroso en ese momento de sus vidas

Propuestas de políticas de regulación para actualización de la formación

Estrategias personales…objetivizar nuestros datos de trabajo, analizar lo que estamos haciendo… crear bases de datos de registro de las necesidades reales para comprobar las necesidades de cambios · En los últimos años se están formando matronas para hacer ese recambio generacional pero no va acompañado con la creación de puestos de trabajo reales.
· Crear esos puestos necesarios para esas profesionales sin que haya fuga a otros países.
· La formación de las comadronas debe incluir la capacitación para la asistencia domiciliaria.
· Acceder a la formación de comadrona de manera independiente, no como especialidad de enfermería.
· Necesitamos una buena formación en la fisiología real del parto, en las necesidades de las mujeres que optan por partos naturales, y cómo ayudarlas.
· Retirar la acreditación para la formación de matronas de aquellos centros que no cumplen las directrices de la estrategia de atención al parto normal.
· Profesorado –matronas docentes que den una visión más fisiológica del parto y su asistencia. · Cambio del plan de estudio dando mayor importancia a la fisiología del parto y no a la patología. Aprender otras terapias alternativas-recursos terapéuticos de ayuda cuando se presentan dificultades en el embarazo, parto, puerperio…
· Formación multidisciplinar .Incorporar temas de género a nuestra formación.

Rol de la comadrona en el siglo XXI

Garantizar el bienestar materno-infantil.

Haciendo también presente a los bebés, la idea de que son personas desde el principio...
Formar parte de un equipo multidisciplinar.
Crear proyectos de investigación con todos los datos posibles relacionando las acciones de trabajo con la economía.
Propiciar cambios desde nosotr@s como colectivo, desde la autonomía.
Implicar a más profesionales en los cambios.
Crear base de datos con realidades asistenciales, tasas de uso de oxitocina, tasas de episiotomía, indicaciones de cesáreas, dilatación expulsivo.
Promover la autoresponsabilidad de lo que cada uno hace, responder a los datos de nuestra propia asistencia…reflexión interna mas que excusa colectiva...
Buscar apoyos en los jefes de servicio, líderes con responsabilidad, responsabilidad de búsqueda y del poder que está en nuestras manos.
Acompañar a las familias en todos los procesos vitales, abriendo las posibilidades potenciales de las mujeres para el autocuidado.
Crear ambientes propicios donde se cuiden las necesidades emocionales de las mujeres y sus familias.
Capacitar e impulsar la feminización del rol del hombre como cuidador de sí mismo, su mujer, y familia
Dar la libertad a las mujeres en sus decisiones, respetarlas en todos sus procesos…cada un@ tiene su tiempo. Somos sus aliadas
La capacitación de la matrona actual es sólo tecnológica, académica y no en valores.
Debe ser también educadora en salud, transmisoras en valores, acompañar…en su sentido más profundo.
Retomar el sentido de la palabra comadre, co-madrona, como la madre, estar al lado.
Como comadronas, educadoras en salud, participar en las escuelas, en la administración.
Ofrecer a las diferentes áreas educativas proyectos de sabiduría femenina, experiencia.
Crear grupos de autocuidado, de recuperar su cuerpo, de valorarlo, de saber sobre si mismas.
Madre protege al bebé

Padre protege a ambos

El sistema social deberá proteger a la familia.
Ser instrumentos para que el movimiento se mueva. Ser piezas útiles. Todos tenemos una función, cada una en cada lugar pero todas en una misma dirección…”más fácil calzarse las propias zapatillas que alfombrar el mundo”.

El término TERAPIA, proviene del griego THERAPEIA, que significa “hacer el trabajo de dios”.

Pero no nos confundamos. No es “hacerse como dioses”. Bien entendido, “el trabajo de dios”, es un trabajo constante, silencioso, para la Vida, transformador y creativo.

Y para el cual términos como amor, paz, esperanza, y fe, adquieren un significado práctico y concreto, fuera del ámbito estrictamente religioso. Y recuperan todo su sentido sanador y curativo.


[1] http://www.redesparalaciencia.com/1784/redes/2009/redes-49-educar-para-fabricar-ciudadanos.
[2] Equipo pedagógico de educación para la salud. Colegio Miguel Primo de Rivera. Jerez de la Frontera. 1980-2000.
[3] Memorias de actividad de talleres afectivo-sexuales. IES GUADALPEÑA-Arcos Fra. 2005-2011.
[4] Pocos años más tarde, se creó el Observatorio de salud de la Mujer.